
Chile da un paso histórico hacia una distribución más equitativa de los recursos marinos con la aprobación de la nueva Ley de Fraccionamiento Pesquero, una reforma que marca el fin de 12 años de desigualdad en la asignación de cuotas entre la pesca artesanal y la pesca industrial.
Impulsada por el Gobierno y aprobada recientemente en el Congreso, esta ley nace como respuesta a una de las principales demandas de los pescadores artesanales del país: un reparto justo de las cuotas de captura que reconozca su rol estratégico en la economía local y en la sostenibilidad de los recursos pesqueros.
Una reforma estructural con justicia y desarrollo
El ministro de Economía, Fomento y Turismo, Nicolás Grau, destacó la importancia del cambio al señalar que “estamos concretando un cambio histórico en la forma en que se distribuyen los recursos pesqueros en Chile. Esta es una reforma que trae justicia, transparencia y desarrollo para la pesca artesanal, corrigiendo desigualdades que se arrastraban por años”.
Además, Grau enfatizó que esta transformación responde a uno de los compromisos clave del programa de Gobierno del presidente Gabriel Boric, en el sentido de fortalecer las caletas del país y avanzar hacia una legislación legítima y equilibrada que otorgue certeza y oportunidades tanto al sector artesanal como al industrial.
Nueva distribución de cuotas: más participación para los artesanales
La Ley de Fraccionamiento Pesquero establece una nueva forma de distribuir anualmente las Cuotas Globales de Captura en 23 pesquerías de importancia comercial a nivel nacional, asignando de manera más justa los porcentajes correspondientes al sector artesanal y al sector industrial. Esta redistribución no solo reconoce la contribución histórica y cultural de la pesca artesanal, sino que también busca reparar décadas de marginación y otorgar herramientas reales para su desarrollo.
Entre los beneficios concretos de esta nueva ley se destacan:
- Ampliación significativa de la participación artesanal, lo que impactará positivamente en decenas de miles de pescadores y pescadoras en todo Chile.
- Desarrollo de plantas de procesamiento Pymes, fomentando la cadena de valor en torno a la actividad pesquera artesanal.
- Impulso económico a las caletas costeras, muchas de las cuales dependen en gran medida de la pesca para subsistir.
$160 mil millones: el impacto económico estimado
Uno de los datos más relevantes de esta reforma es que se estima un traspaso neto de $160 mil millones desde la pesca industrial hacia la pesca artesanal. Esta cifra representa no solo un acto de justicia distributiva, sino también un potente motor para dinamizar las economías locales y fortalecer el tejido social y productivo en comunidades costeras a lo largo del país.
Compromiso cumplido del Gobierno
El subsecretario de Pesca y Acuicultura, Julio Salas, expresó su satisfacción al señalar que “nos habíamos comprometido al inicio de este Gobierno a hacer un cambio importante en la distribución de los recursos pesqueros y en la transparencia de la legislación pesquera. Ambos compromisos se cumplen. Esa distribución inequitativa hoy día está debidamente reparada con una distribución justa para la pesca artesanal y nos enorgullecemos como Gobierno de ser responsables de esas mejoras”.
Mirando hacia el futuro
Con la aprobación de esta ley, Chile se coloca a la vanguardia en la implementación de políticas públicas que buscan el equilibrio entre sostenibilidad, equidad y desarrollo económico. La nueva distribución de cuotas no solo permitirá un uso más responsable y democrático de los recursos marinos, sino que también promueve un modelo de pesca más inclusivo, resiliente y alineado con las necesidades del siglo XXI.
En suma, la Ley de Fraccionamiento Pesquero es un hito que marcará un antes y un después en la política pesquera del país, fortaleciendo la identidad costera, fomentando la economía local y sentando las bases para un desarrollo más justo y sustentable para miles de familias que viven de la pesca artesanal.